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martes, 1 de marzo de 2011

El boom Latinoamérica no es el boom comercial.



El “Boom” latinoamericano no es otra cosa que la aparición sorpresiva de la literatura latinoamericana en el panorama mundial en entre 1960 y 1970 como algo serio e inevitable. El “boom”, la explosión, el estallido, que lo arroja todo con estridencia, estrépito, fuerza y violencia a la lejanía.
Algo no muy diferente de lo ocurrido con estos escritores jóvenes en ese entonces. Ese boom los lanzó a los rincones más lejanos del planeta (en traducciones claro está), entre la estridencia producida por el sector político al sentirse denunciado y el estrépito causado en las bases del academicismo con los nuevos estilos que utilizaban estos escritores. Un boom que los arrojó con fuerza hasta lugares que quizás ellos no osaron soñar que alcanzarían y con violencia, la violencia intelectual que tuvieron que sufrir por parte de quienes los alababan sin tener la más mínima idea de lo que decían por un lado, y por el otro de sus detractores, quienes, conocieran o no su producción literaria los utilizaron como diana donde practicar su puntería.
Sin embargo, el boom no refiere a todos los escritores latinoamericanos surgidos entre los 60’s y los 70’s, sino más bien a unos cuantos escritores, es decir: Julio Cortázar (Argentina), Carlos Fuentes (México), Mario Vargas Llosa (Perú) y Gabriel García Márquez (Colombia). Todos ellos participantes de una u otra manera del movimiento América Latina de la Vanguardia –AMV–.

Aportes de Julio Cortázar al Boom Latinoamericano.
Los aportes que se pueden citar son duda sus obras, y su estilo propio. La brevedad y concisión de sus cuentos. La estructura que rompe el esquema tradicional de presentación-nudo-desenlace por una donde el nudo es lo único cierto y el desenlace y la presentación llegan a ser lo mismo o se confunden de manera que es difícil donde comienza y acaba el primero y donde lo hace la segunda.

Cultivo un tipo de escritura experimental. Con su opus magna “Rayuela”, busco modificar la actitud pasiva del lector por una activa al permitirle buscar nuevas posibilidades novelescas al leer en un orden diferente los capítulos fungibles (99 de los 155 de la obra)

¿Cuál fue su participación en el movimiento?
El boom no fue un movimiento sino más bien un suceso, y –AMV– no fue una organización donde los escritores se reunieran para planificar su siguiente movimiento. América Latina de Vanguardia es ante todo la descripción de un grupo de escritores que publican en una idea ideológica parecida, es decir que no se someten a lo puramente comercial y que apoyan la causa que consideran justa, llamase esta revolución socialista cubana o democratización del estado.

La participación de Cortázar fue escribir, escribir su obra. Tratar de achacarle tintes moralizadores o políticos a su obra es tratar de falsear lo que el escritor creó. ¿Hay tintes políticos en la obra? Los hay. Pero no con la intención de indicar un camino a seguir o de adoctrinar al lector en ideologías insensatas que pasados los siglos habrán de ceder su lugar a otras nacidas de otros sistemas sociales distintos a los actuales, así como los antiguos sistemas de organización social cedieron su lugar al sistema dualista del último sigo, el sistema capitalismo-socialismo que impera en el mundo actual.
Antes que cualquier cosa vale aclarar que Cortázar rehusaba tener que ver con la política, pues le sentía sabor a politiquería antes que a otra cosa. Él sabe que no nació para escribir novelas políticas porque no es político.

Desde su individualidad y sin asociación a movimientos se puede señalar que Cortázar colaboró con los prisioneros políticos a finales de la dictadura de Lanusse en la Argentina al donar los derechos de autor de su libro El libro de Manuel, a los abogados de estos para que los defendieran

Y por qué sostiene Cortazar que los escritores de este movimiento no eran resultado del mercadeo
Cortázar sostiene que los escritores de –AMV– no fueron el resultado del mercadeo y es cierto, ellos no eran J. K. Rowling y más de media docena de películas destinadas a promocionar su Harry Potter, no la saga Eclipse, de historias trilladas basadas sobre el esquema de una telenovela tradicional con tientes de ocultismo para ganar adeptos y vender más. Tampoco fueron del montón de libros que se venden actualmente sobre como ganar dinero o ser mejor persona, ¿Quien se ha robado mi queso?, Sopa de pollo para el alma, El monje que vendió su Ferrari etc. cuyas ventas dependen directamente de la promoción publicitaria.

Era una época de combate, de lucha armada y pugna ideológica, de guerra fría, de represión y de clamores de libertad, de mentiras y verdades socioeconómicas, de luces y sombras politizadas. De creer ser libre y serlo realmente. Estos autores traían consigo a la escena mundial el testimonio de todo aquello que habían presenciado y de todo aquello que habían vivido. Eran testigos de un mundo tan prometedor y tan diferente, de un mundo realmente nuevo y lleno de vida donde todo es posible, donde los dictadores reencarnan y en el que los muertos votan por ambos candidatos para acabar apoyando al tercero que asume el poder por la fuerza.

Su literatura es así, es fantástica, es asombrosa, es cambiante, como el ánimo mismo del continente donde nacieron y su lenguaje es florido y rico, como la vegetación tropical.

Si bien se aduce que le boom creo una identidad latinoamericana. Lo tal no es cierto, ningún boom literario a jamás creado una identidad cultural o una cultura, es más bien el boom el producto de una cultura definida y la voz de la identidad cultural de un pueblo. No hay pueblo más extenso ni más parecido que el latinoamericano, pueblo mestizo producto del mestizaje de pueblos ya mestizos.
El boom si ayudó a crear una conciencia de la identidad existente pero poco apreciada.
Cortazar sostiene que no fue producto de comercialización la publicación de los escritores, pues primero se escribieron las obras, se vendieron unos pocos libros, que se leyeron mucho, y ante esa demanda respondieron los editores, quienes siempre deseosos de ganar dinero encontraron su minita de oro. Pero si esos libros no hubieran sido escritos antes y leídos por muchos, los editores no se hubieran interesado jamás en publicar a los autores de dichos libros.

En sus palabras. «Ninguna promoción editorial ha salvado a un autor o un tipo de literatura.
Con una gran campaña de publicidad puedes lanzar un libro, una primera edición...pero si el libro no vale por sí mismo, ¿cuánto tiempo dura?.»


En este video en particular el hace referencia a que el boom (término que no le gusta, por lo mismo de ser gringada) es algo que ocurre, que sucede, que no se repite de manera programada.

Como no ser repitió en ningún lugar del mundo el genio arquitectónico que se dio en el renacimiento. Como no se repitieron los poetas clásicos españoles cuyo genio los llevó a escribir miles de obras en geniales en verso con métrica exacta. Le atribuye esto al azar más que a cualquier otra cosa. Y como dice Cortázar, el boom se dio porque todos los latinoamericanos que formaban parte de él, estaban lejos, porque raramente se da un boom en el interior de un país. Tal parece que estando lejos se les da importancia a los escritores, la misma importancia que se le da a los extranjeros. Y es entonces cuando empiezan a ser leídos por sus compatriotas y a ser profetas en su propia tierra.

jueves, 24 de febrero de 2011

César Vallejo, Alfosina Storni y sus monumentos al dolor:

«Accipe, care puer, nostri monimenta doloris»
Marco Valerio Marcial



LA CENA MISERABLE
Hasta cuándo estaremos esperando lo que
no se nos debe... Y en qué recodo estiraremos
nuestra pobre rodilla para siempre! Hasta cuándo
la cruz que nos alienta no detendrá sus remos.
Hasta cuándo la Duda nos brindará blasones
por haber padecido!...
Ya nos hemos sentado
mucho a la mesa, con la amargura de un niño
que a media noche, llora de hambre, desvelado...
Y cuándo nos veremos con los demás, al borde
de una mañana eterna, desayunados todos!
Hasta cuándo este valle de lágrimas, a donde
yo nunca dije que me trajeran.
De codos
todo bañado en llanto, repito cabizbajo
y vencido: hasta cuándo la cena durará.
Hay alguien que ha bebido mucho, y se burla,
y acerca y aleja de nosotros, como negra cuchara
de amarga esencia humana, la tumba...
Y menos sabe
ese oscuro hasta cuándo la cena durará!

(César Vallejo)



LA QUE COMPRENDE
Con la cabeza negra caída hacia adelante
Está la mujer bella, la de mediana edad,
Postrada de rodillas, y un Cristo agonizante
Desde su duro leño la mira con piedad.
En los ojos la carga de una enorme tristeza,
En el seno la carga del hijo por nacer,
Al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:
-¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!

(Alfonsina Storni)


Pocos son los poetas que llegan a transmitir de manera cruda y descarnada el dolor que sus almas albergan. Dejan de cantarle al amor o a la maravilla del mundo porque el mundo mismo los ha herido de muerte, les ha cegado, como las furias justicieras cegaron los ojos de Edipo por mano propia para mayor oprobio. El amor deja de ser dulce y se torna amargo, la esperanza que infunde vida y alegría no es sino la expectación del sufrimiento necesario. Necesario para sentirse vivo, para sobrellevar el tedio arraigado en la piel y la inanición, la indiferencia y la inercia en la que se ha sumido el alma. Son estos los poetas oscurecidos por la tragedia humana, por la desolación y el dolor crónicos a quienes se les llama negros, por la asociación misma del negro (color) con el sufrimiento y la no-esperanza, por el patetismo que proyectan sus pensamientos y a veces lo patológico de los mismos.

Y es que son estos poetas que no encuentran lo dulce de continuo sino de manera esporádica y que frecuentemente acaban su existencia con una muerte prematura o dramática. Son poetas negros, independientemente del movimiento intelectual al que pertenezcan o a la corriente poética en la que se desenvuelvan. Una característica los marca, todos tiene tintes románticos, pero del romanticismo entendido en su realidad histórica, en su contexto social y en la dimensión intelectual correcta y no según la absurda y deplorable significación que la publicidad moderna y el mercadeo mediocre le han dado: Todo lo cursi, todo lo afectado y ridículo es considerado romántico hoy día. Se considera romántico todos los estímulos que mueven de manera superficial e inmediata las emociones, generando impresiones vagas y sin llegar a relacionarlas con algo trascendente, quedando éstas en la memoria apenas lo suficiente para recordarlas.

El verdadero romanticismo es, la exacerbación de las emociones hasta el extremo, llegando a lo básico de la emoción, a su razón elemental; es la emoción en su estado puro, sin mezclas, sin dobleces y sin que se pueda dudar de su esencia. La cólera es cólera, como la del malhadado Rey Lear que grita en la tormenta al saberse traicionado; y el amor es amor, como el de Cristo muriendo por todos aquellos que lo odiaban y sin guardarles resentimiento. El odio es odio y no puede entenderse de otra manera, el odio de los Capuletos contra los Montescos, el odio que albergó el pecho de Montresor contra Fortunato durante tantos años en el relato de Poe: The Cask of Amontillado (El barril de amontillado).
Entre los poetas negros encontramos, a Samuel Taylor Coleridge en Inglaterra con su The Rime of the Ancient Mariner (La balada del viejo marinero), a Charles Baudelaire en Francia con sus Les Fleurs du Mal (Las flores del Mal) y en España a Bécquer con su gris y pesaroso lamento en su rima LXXIII (Qué solos se quedan los muertos).

La emoción sentida de manera pura es necesaria, no se puede hablar del dolor si no se le siente. Pero no solo el viejo continente tiene sus poetas negros, también los hay en el nuevo continente, en nuestra América, en los Estados Unidos, Poe; en nuestra patria María Cruz y Vicenta Laparra y muchos más, pero sin duda los máximos exponentes son tres: el peruano César Vallejo y los argentinos: Alfonsina Storni y Leopoldo Lugones. Todos modernistas, en las variantes que este movimiento permitió. Vallejo murió de un supuesto paludismo, Storni y Lugones se suicidaron.

Vallejo y Storni nacieron el mismo año (1892) y el mismo año murieron (1938), el primero en la triste sala de un hospital parisino, en un día gris y lluvioso y la otra, ahogada en las playas del Mar del Plata. Vallejo tiene un dejo de dolor en cada verso, de angustia existencial, de soledad. Le duele estar vivo y tan solo vive para esperar la muerte. Un intento de suicidio en su juventud y la insatisfacción de no adaptarse a su entorno social le marcaron amargamente la existencia al punto de marcharse de su patria para vivir en una sociedad diferente, en la que se sintió quizás más cómodo pero en la que siguió siendo un inadaptado, jamás aceptado a plenitud entre los franceses por su condición de inmigrante, como ninguno de los intelectuales latinoamericanos afincados en París. No admitido y eso que era, tan parecido a ellos.

Y es que al leer La cena miserable de Vallejo se siente el mismo dolor que al leer los versos del poema Déjeuner Du Matin de Jacques Prévert, quien sufriera en carne propia la amargura de la Primera Guerra Mundial y la ocupación Nazi durante la Segunda. Nos recuerda también esa sensación de soledad que trasmite L’Étranger (El extranjero) de Albert Camus, esa desolación invencible e inexorable instalada en el alma de M. Meursault y que le hace recibir con indiferencia y quizás con enfermiza alegría su sentencia de muerte, misma que es vista como la escapatoria liberadora de todo dolor humano. Una angustia igualmente comparable a la hallada en las obras de Fiodor Dostoievski y Franz Kafka, almas igualmente atormentadas.
Todos hombres, todos almas sufrientes.

Pero el dolor no es prerrogativa exclusiva del sexo masculino (sexo y no género, puesto que los seres humanos tienen sexo y el género es característica propia de las palabras). También las mujeres sufren, pero lo han hecho siempre de manera doméstica, siempre en silencio y a escondidas por causa de las sociedades declaradamente machistas que gobiernan el planeta. Pocos son los espacios prestados a la voz femenil para referir su dolor, uno de ellos es la poesía, y pocos los interesados en oírlo, a excepción claro está de las mujeres sufrientes que se identifican con aquella que se ha atrevido a hablar de lo que siente.

Storni es sin duda la mujer que a principios de siglo le presto su voz a las tantas mujeres que sufrían en silencio y en la calle daban el rostro equivocado a la sociedad. Un rostro prefabricado, exigido e impuesto por el padre, el hermano, el esposo. El rostro de la alegría eterna y de la perfección, reservando el rostro propio, el rostro humano para el espejo de la habitación oscura donde se podía estar triste y llorar sin testigos, sin los espectadores del gran circo que es la sociedad.

También Storni conoció el drama humano desde su infancia, con un padre alcohólico, una familia disfuncional y en bancarrota, una sociedad que menospreciaba a las mujeres y favorecía a los machos. Abriéndose paso con dificultad fue escalando los peldaños del mundo literario y social, donde la envidia corroe los corazones y hace que los unos despedacen a los otros que representan una amenaza a su modus vivendi o la competencia directa que puede en algún momento desplazarlos del panorama del que se hallan dueños. Es esa la razón que llevó a Storni a suplicar en el último verso de su poema La que comprende: “-¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!”.
Y esto porque entendía el difícil camino de las mujeres en las sociedades que no las valoran. Pero su visión un tanto melancólica de la vida se volvió oscura y desesperada tras padecer de cáncer y comenzar su etapa de esquizofrenia degenerativa, misma que la llevaría a sufrir de ataques de paranoia y que la haría tomar la decisión de acabar con su vida en los riscos de Mar del Plata.

Si en Vallejo el amor es algo doloroso, en Storni lo es doblemente porque no se alcanza nunca. “Persigo lo perfecto para poder amar”, dice la poetisa, pero ¿qué quién es perfecto? Nada ni nadie. No encuentra nunca la perfección y por eso no ama. El amor no llega, es tan solo una sombra dolorosa que se presagia pero que no se materializa. Una sombra que acaba tornándose en pesadilla, en vacío y en desesperanza. Si Neruda y Mistral son los poetas del amor, Vallejo y Storni lo son del dolor.

Neruda, entre el amor y el socialismo.

Soneto III

Aspero amor, violeta coronada de espinas,
matorral entre tantas pasiones erizado,
lanza de los dolores, corola de la cólera,
¿por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?
¿Por qué precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto, entre las hojas frías de mi camino?
¿Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
¿Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada?
Lo cierto es que tembló la noche pavorosa,
el alba llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció su presencia celeste,
mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua
hasta que lacerándome con espadas y espinas
abrió en mi corazón un camino quemante.


Soneto VII

"Vendrás conmigo" dije -sin que nadie supiera
dónde y cómo latía mi estado doloroso,
y para mí no había clavel ni barcarola,
nada sino una herida por el amor abierta.
Repetí: ven conmigo, como si me muriera,
y nadie vio en mi boca la luna que sangraba,
nadie vio aquella sangre que subía al silencio.
¡Oh amor ahora olvidemos la estrella con espinas!
Por eso cuando oí que tu voz repetía
"Vendrás conmigo" -fue como si desataras
dolor, amor, la furia del vino encarcelado
que desde su bodega sumergida subiera
y otra vez en mi boca sentí un sabor de llama,
de sangre y de claveles, de piedra y quemadura.


Soneto VIII

Si no fuera porque tus ojos tienen color de luna,
de día con arcilla, con trabajo, con fuego,
y aprisionada tienes la agilidad del aire,
si no fuera porque eres una semana de ámbar,
si no fuera porque eres el momento amarillo
en que el otoño sube por las enredaderas
y eres aún el pan que la luna fragante
elabora paseando su harina por el cielo,
¡oh, bienamada, yo no te amaría!
En tu abrazo yo abrazo lo que existe,
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,
y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.



Ricardo Neftalí Reyes, mejor conocido universalmente como Pablo Neruda (1904-1973, Nóbel de Literatura en 1971) se ha constituido en uno de los máximos exponente de la poesía latinoamericana, de la poesía hispanohablante y de la poesía universal cuya temática gira sobre el eje del amor.

Si bien el dolor está presente en sus poemas, el amor aparece junto a este y acaba disipándolo, ocupando su lugar y quedando como único elemento imperante. Eterno enamorado, toma del amor su fortaleza, lo constituye en su fundamento y por eso se le hace fácil hablar con el lenguaje del amor. Un amor que trasciende y que ve en el interior de las personas, que alcanza el alma de su amada y se une a ella.
Solo el que siente el amor, sólo el que ama, solo el enamorado puede expresar ese sentimiento en lo que escribe. Neruda le escribe al amor y a la amada ideales, así como Petrarca le escribía a Laura, Santa Teresa al amado intangible, San Juan de la Cruz al amor místico y Salomón al amor perfecto en su Cantar de los Cantares.

Neruda vivió el amor en carne propia con tanta intensidad que lo hizo el eje fundamental de su poesía. Lo expresó con tanta convicción, que cualquiera que lee su obra reconoce en cada poema la huella indiscutible del amor. Es imposible pensar en Neruda y no llamarlo: El poeta del amor.


En su relación con Allende:
Neruda compartió con Salvador Allende la designación del Partido Comunista de Chile para la precandidatura presidencial, sin embargo, Neruda declinó esta nominación en favor de Allende como candidato único de la unidad Popular. Cuando Allende asumió el poder en 1970, lo designó como embajador en Francia. Un año después regresó a Chile tras renunciar a su cargo diplomático.

Su trabajo social y comprometido con la izquierda no ha sido difundido por razones simples pero terribles: El juego de la política exterior estadounidense y su oficina para Latinoamérica en el Departamento de Estado. Como embajador de Allende, Neruda denunció en Nueva York ante la plenaria de Naciones Unidas el bloqueo económico y político que mantenía los estados unidos contra Chile por negarse el gobierno chileno a concesionar la explotación minera del cobre a las empresas norteamericanas y continuar con su plan de nacionalización de la explotación del subsuelo chileno.

Era el tiempo de Nixon en la Casa Blanca y de Henry Kissinger como Secretario de Estado y su tan famosa línea dura contra todo lo que tuviera tintes comunistas o socialistas. Una vez asesinado Allende en 11 de septiembre de 1973 y muerto Neruda 12 días después, todo lo referente al trabajo social de Neruda fue eliminado de la historia chilena y de la historia latinoamericana dominada por la política gringa a través de los gobernantes impuestos en cada país con la bendición y el beneplácito del Tío Sam.

El gobierno de Pinochet no podía borrar de un plumazo la figura de Neruda, quien además de ser reconocido como el más grande de los poetas hispanohablantes por los más grandes escritores del hemisferio occidental, había sido reconocido con el Premio Nóbel de Literatura en 1971; el doctorado “Honoris Causa” por la Universidad de Oxford en Inglaterra en 1965; el “Premio Stalin para la Consolidación de la Paz entre los Pueblos” en 1953; el Premio Internacional de la Paz en 1950, junto a Pablo Picasso, Paul Robeson y otros. También había ganado muchos premios en Chile y había sido Senador de la República, reconocido y respetado por oponerse al dictador González Videla, quien había desatado la represión contra la clase obrera chilena.

Lo que sí podía el gobierno pinochetista era reformar la historia, con eso de que el vencedor escribe la historia oficial, y así lo hizo. Se parcializó la figura de Neruda, se le redujo a su faceta de poeta del amor, de premio Nóbel y de escritor famoso. Se borró de los libros su lado combativo y socialista. Se generó la mitificación del poeta y se le tipificó con un tipo tímido y pasivo, ratón de biblioteca y eterno reposante de los lugares silenciosos, para evitar que su imagen contestataria fuera replicada por el sector social que se sentía herido y traicionado tras el asalto militar al Palacio de la Moneda y que fue diezmado, mutilado, silenciado y desaparecido en las décadas siguientes.

Su aspecto socialista no fue difundido por conveniencia política de la gobernante oligarquía derechista y conservadora al servicio de Estados Unidos, y no lo es ahora por el acomodo de los intelectuales izquierdistas y el esfuerzo que significa el rescribir la historia.

sábado, 19 de febrero de 2011

Sobre literatura, historias y otros falsos mitos.

¡Hay quien sigue pensando que la literatura tiene un esquema estructural único, que de no repetirse resta el carácter literario al escrito! Hace unos días se nos pidió elaborar una historia. Tema libre, género libre, y también libre el estilo.

Cuando recibí devuelta mi historia, traía este comentario: “ESTO ES UNA REFLEXIÓN”.

Cabe decir que también las reflexiones son historias, aunque no entienda así, pero reflexioné en el momento que la catedrática comenzó a explicar que toda historia para serlo de tener tres elementos básicos, es decir: presentación nudo desenlace (happy ending). Y pensé ¿por qué?

Para empezar debo decir que no era una reflexión sobre mi vida, ni uno sobre la crisis económica o medioambiental por las que atraviesa el mundo en la actualidad sino. Ni mucho menos sobre el año electoral que se nos viene encima y nos intoxica desde ya le panorama con el incansable repetir de vallas publicitarias cada tantos metros.

Aceptaría que mi historia fue una reflexión sobre mi vida si en este momento mis padres se hallaran muertos, fuera un torpe aprendiz de hechicero y me encontrara yo en otra dimensión, atrapado y sin posibilidades de poder regresar a esté en la que escribo, pero bueno...

Segundo: Se aduce esta forma estructural es la correcta, y lo creo también, pero para mentes simples que procesan la abstracción en un nivel promedio o por encima del promedio. Véase a Coelho utilizando en todas sus obras esta estructura y jamás apartándose de ella. Considerando a sus lectores como gente incapaz de procesar algo complejo o siendo él incapaz de producir algo medianamente más interesante y que fuerce al intelecto. La misma estructura se encuentra en las narraciones de las Mil y una noches, dirigidas en la realidad a la gente simple del desierto y el zoco; y en las narraciones a un rey esquizofrénico y paranoico, al borde la locura y cuya mente, incapaz de procesar complejidades, necesita de narraciones simple para no qudar fuera de sí. Pero la literatura no esta dirigida actualmente a gente cuya mente requiera del mínimo esfuerzo (literatura para Dummies).

Sí se bien que se e arguye esta estructura como el canon de los clásicos infantiles (la mal llamada Literatura infantil, que sin embargo no está compuesta por niños) mientras se olvida que los alemanes Grimm y el danés Andersen no escribieron para niños, sino antologías del folclor nórdico, historias de sufrimiento y sangre, que iban dirigidas a gente de campo. Con la intención de advertirles sobre ciertas situaciones o dejarles una enseñanza moral que no fuera difícil de desentrañar del hilo narratorio.

Incluso Perrault dirigió su Caperucita Roja no a los niños sino a las señoritas, como advertencia sobre cierto noble de la corte francesa que gustaba servirse sexualmente de ellas, siendo éste el lobo malo del cuento. Las niñas viajaban al bosque (cualquier parte y símbolo de los instintos primigenios) a visitar a la abuela (símbolo de la autoridad, de la majestad, de la tradición y del poder y de la moralidad) en el camino el lobo se entera de las intenciones de Caperucita y se adelanta, el lobo (símbolo del acechador y del astuto, del que se sirve de los otros, del inicuo, del amoral y perverso, sea este un viejo rabo verde, un cura abusador de niños, un político corrupto, un proxeneta, etc.) devora a la abuela, pero curiosamente su hambre no se satisface y esto no lo ven las mentes simples, este devorar no es otra cosa que el transgredir toda norma para alcanzar lo que se desea, es decir, siguiendo la norma maquiavélica que reza: “El fin justifica los medios”. Es un devorarse una abstracción y las abstracciones no llenan sino a los idealistas que se contentan con la idea y pocas veces llegan a la realización del ideal.


Caperucita llega a la casa y el lobo disfrazado (engaño) le hace creer que es la abuela que está enferma, caperucita lo cree (ingenuidad, inocencia o simple estupidez) y al pedirle la falsa abuela que se acueste con ella, caperucita lo hace, empezando a preguntar por los cambios tan notorios y repentinos en la fisonomía de la abuela, quien al mostrándose como es acaba devorando a la niña sin siquiera presentarse. No, no hubo leñador bueno que matara al lobo y cortándole el vientre sacará a la niña y a la vieja. El final feliz es un invento de Disney y de las editoriales para vender los libros a los niños crecidos en una época de puritanismo extremo heredero de la moralidad victoriana en el mundo anglosajón y cohibidor impuesto por el catolicismo en sus dominios. Caperucita murió y jamás fue rescatada.

Las historias originales no poseen la tan famosa estructura normativa, no todo tiene un final feliz. Lea, investigue y desengáñese.

Concuerdo en tres elementos. Toda historia debe presentar un inicio, un cuerpo y un final previsible o imprevisible, que no es necesariamente un desenlace (solución o resultado), véase La gata y el Ratón de Marco Augusto Quiroa.

Mi historia se narraba en primera persona, como las de: Lovecraft, Poe, Derleth, Baudelaire, Osvaldo Lamborghini, Bolaño, Cortázar, Fredric Brown, R. A. Lafferty, José María Bravo, etc. donde el personaje reflexiona como introducción, pero no por ello deja de ser historia. Sino antes bien pone al lector en conocimiento de los antecedentes necesarios para entender el final del relato, datos sin los cuales sería imposible llegar a la comprensión total del fin de la historia.

Ninguno de estos sigue la estructura presentación-nudo desenlace como tal sino a su manera, como yo lo hice. Escribí la historia siguiendo el consejo de Horacio Quiroga quien dice que no debe jamás copiar, pero se puede imitar el estilo si la influencia es demasiado fuerte. Recomienda también creer fervientemente en el arte de un maestro y es lo que hice. El esquema narrativo personaje-narrador, cuasiominsciente, cuasiomnipotente, lo tomé de Lovecraft y de Poe, la influencia que ellos han ejercido en mi estilo de redacción es innegable si bien no pretendo permanecer bajo su sombra eternamente, pero mientras no acabé de madurar mi estilo propio no tengo inconveniente en aceptar esa influencia directa.

Todos los libros tienen un final, desde el Fausto de Goethe, hasta la Montaña Mágica de Thomas Mann, pero no una estructura simplista o simplificada. El fausto deja una enseñanza moral que no es fácil de ver. Las historias simples no necesitan ser interpretadas, no es necesario recurrir al análisis connotativo o del mensaje latente, basta con quedarse en lo denotativo y en el mensaje manifiesto. Siddartha de Hermann Hesse tiene enseñanza preciosas que requieren de un conocimiento previo amplio y la costumbre de abstraer ideas complejas sino no puede ser interpretada la obra.

Pero mientras reinen Coelho y Allende en el mundo de habla hispana y Danielle Steele en el mundo anglosajón y la gente siga creyendo que las historias que Disney plagió y distorsionó hasta la nausea son literatura seria, se seguirá oyendo: Érase una vez...; (nudo); ... y vivieron felices para siempre. FIN.

¿Poetformance?

No, esta palabra realmente no existe (en el diccionario) pero acabo de acuñarla utilizando las palabras inglesas (poetry y performance) para describir la actividad realizada los días 14 y 15 de febrero en el edificio Bienestar Estudiantil por el grupo Círculo Literario, compuesto por estudiantes y catedráticos de la Escuela de Ciencias de la Comunicación con vocación literaria.

Debo confesar que cuando me enteré de una actividad que pretendía impulsar la poesía a través de un perfomace, me sentí un tanto escéptico de ello (es decir, un tanto más de lo habitual) y mucho más cuando supe que el performance consistiría en colocar prendas íntimas de los disertantes en un tendedero. La idea me horrorizó un tanto, porque no podía concebir asociar la poesía con una prenda usada (pero limpia, por supuesto), porque para mí la poesía es algo tan sublime y tan intangible (que habla de lo tangible, pero se corporiza en abstracciones complejas) que no cabe en algo así.

Sí, sabía de performance anteriores, como el de la chica que se colgó del Arco de Correos en la zona 1, hace ya muchos años, para leer sus versos, lo que me pareció atrevido. Pero escribir un verso en una prenda me parece más bien un hecho propio para la seducción privada, para la íntima comunión de dos personas en las que no cabe un tercero (sea ya un ménage a trois; o un voyeur/voyeuse ).

Pero, cada uno con sus concepciones privadas de lo propio y lo impropio. Debo reconocer que fue una actividad interesante, todos los poemas escritos en verso libre, para un tema como el EROTISMO, es mucho más apropiado este tipo de verso. Y es que los conceptos de belleza han cambiado tanto, que a veces nos parece chocante la forma como se presenta la poesía moderna, pero es necesario entender que composiciones preciosistas parecen ya no tener cabida en un mundo en el que andamos de prisa. No tenemos tiempo para nada y nuestra comunicación se hace cada día más elemental, más básica, recurriendo al mínimo de frases posible.
Creo que el lugar más apropiado para el evento hubiera sido el edificio M2, porque es más tranquilo. El bullicio impidió que apreciáramos completamente los poemas leídos y significó para los autores un esfuerzo físico tratando de imponer su voz al ruido generado el tráfico humano.

De todos los disertantes quizás el poema más conmovedor (conmovedor no significa tierno, sino que mueve, agita, estremece las emociones) fue el de una chica que ofrecía combos prefabricados de mujer para satisfacer a la demanda.
Un poema fuerte y mostrando desnudos los pensamientos y los sentimientos de su autora, libres de hipocresía y del temor al que dirán. Y he ahí la poesía, porque la poesía es belleza, y la belleza e la verdad y la verdad no es siempre lo que más le gusta a las personas. La poesía no estriba en escribir por escribir, ni escribir porque alguien lo pide. La poesía es comunicar lo que sentimos realmente, no lo que pretendemos o queremos sentir; es comunicar lo que creemos y pensamos y no lo que creemos que los demás pretenden escuchar.

La poesía es a veces algo más, algo inexplicable. Aclaremos que muchos son los que escriben poemas pero pocos lo que escriben poesía, como mucho son lo que hacen predicciones pero pocos los que dicen profecías. Bien por todos los que se esfuerzan por comunicar a través de este tipo de actividades sus pensamientos.

martes, 15 de febrero de 2011

Sobre el amor en los tiempos del colera

Una película interesante, aunque creo que debo leer el libro, las adaptaciones siempre se quedan cortas y más cuando se trata de adaptar una obra de García Márquez cuya virtud está en las palabras y no hay guión por muy elaborado que sea, capaz de emular su narrativa.


Bueno, las respuestas de la tarea van acá:

1. Describir la escena que más le gusto de la película.
Cuando Florentino Ariza, con el corazón roto, dice que ha sido herido de amor y que nada lo sanará, porque fue alcanzado por el rayo más letal de todos y que ni siquiera el tiempo podrá sanar su dolor.

2. Cuál es el hilo conductor que da Márquez a su libro.
Del libro no lo sé, porque aún no lo leo. Pero en la película, el hilo conductor se muestra como el desarrollo de la peste (aunque no se haga mucha referencia de ella) y el diario en el que anota Florentino Ariza el numero de mujeres que se va “tirando” por la vida, tratando de sanar la ausencia que le causa el no poseer a Fermina Daza.

3. Cuáles son los mensajes denotados y connotados en la historia.
Los denotados, son la decepción, el desamor, la larga espera, la traición si se quiere, el autosacrificio en pos del bienestar social. La guerra, el cólera y la lucha de clases sociales como factores sociales.

Los mensajes connotados son: La esperanza, el dolor incurable, la superación de los obstáculos para alcanzar el fin deseado, incluso los dos mayores: El tiempo y la muerte.

4. Que significado y significante tiene el cierre de la película. (Es decir, que después de tantos años los personajes se quedan juntos. La respuesta no debe ser sobre el tema moral, sino sobre el tema semiótico de significado y significante).
Significado: El que persevera alcanza.
Significante: El amor todo lo puede.

5. Se pueden hacer buenas películas adaptándolas de libros.
En general, eso dependerá de los adaptadores y de su capacidad para visualizar los que quieren adaptar. Hay buenas películas adaptadas, pero generalmente, para que la película guarde algo de la obra escrita, entre los adaptadores debe estar el autor de la obra adaptada, sino, no es confiable la adaptación que a la larga acaba siendo una obra completamente diferente, aunque basada en los mismo ejes temáticos.