Pensamientos de un tal Carlos, contestatario en desarrollo, iconoclasta en formación, y en proceso de adoptar el autismo social.
Quedarme callado no significa que no tenga nada que decir, sino dice mucho. Dice que no me interesa para nada lo que alguien más dice o que me estoy preparando para decir algo que nadie podrá rebatir. O a lo mejor sí, pero con mucho esfuerzo. ¿Quieres echarte un pulso mental conmigo?
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martes, 1 de marzo de 2011
El boom Latinoamérica no es el boom comercial.
El “Boom” latinoamericano no es otra cosa que la aparición sorpresiva de la literatura latinoamericana en el panorama mundial en entre 1960 y 1970 como algo serio e inevitable. El “boom”, la explosión, el estallido, que lo arroja todo con estridencia, estrépito, fuerza y violencia a la lejanía.
Algo no muy diferente de lo ocurrido con estos escritores jóvenes en ese entonces. Ese boom los lanzó a los rincones más lejanos del planeta (en traducciones claro está), entre la estridencia producida por el sector político al sentirse denunciado y el estrépito causado en las bases del academicismo con los nuevos estilos que utilizaban estos escritores. Un boom que los arrojó con fuerza hasta lugares que quizás ellos no osaron soñar que alcanzarían y con violencia, la violencia intelectual que tuvieron que sufrir por parte de quienes los alababan sin tener la más mínima idea de lo que decían por un lado, y por el otro de sus detractores, quienes, conocieran o no su producción literaria los utilizaron como diana donde practicar su puntería.
Sin embargo, el boom no refiere a todos los escritores latinoamericanos surgidos entre los 60’s y los 70’s, sino más bien a unos cuantos escritores, es decir: Julio Cortázar (Argentina), Carlos Fuentes (México), Mario Vargas Llosa (Perú) y Gabriel García Márquez (Colombia). Todos ellos participantes de una u otra manera del movimiento América Latina de la Vanguardia –AMV–.
Aportes de Julio Cortázar al Boom Latinoamericano.
Los aportes que se pueden citar son duda sus obras, y su estilo propio. La brevedad y concisión de sus cuentos. La estructura que rompe el esquema tradicional de presentación-nudo-desenlace por una donde el nudo es lo único cierto y el desenlace y la presentación llegan a ser lo mismo o se confunden de manera que es difícil donde comienza y acaba el primero y donde lo hace la segunda.
Cultivo un tipo de escritura experimental. Con su opus magna “Rayuela”, busco modificar la actitud pasiva del lector por una activa al permitirle buscar nuevas posibilidades novelescas al leer en un orden diferente los capítulos fungibles (99 de los 155 de la obra)
¿Cuál fue su participación en el movimiento?
El boom no fue un movimiento sino más bien un suceso, y –AMV– no fue una organización donde los escritores se reunieran para planificar su siguiente movimiento. América Latina de Vanguardia es ante todo la descripción de un grupo de escritores que publican en una idea ideológica parecida, es decir que no se someten a lo puramente comercial y que apoyan la causa que consideran justa, llamase esta revolución socialista cubana o democratización del estado.
La participación de Cortázar fue escribir, escribir su obra. Tratar de achacarle tintes moralizadores o políticos a su obra es tratar de falsear lo que el escritor creó. ¿Hay tintes políticos en la obra? Los hay. Pero no con la intención de indicar un camino a seguir o de adoctrinar al lector en ideologías insensatas que pasados los siglos habrán de ceder su lugar a otras nacidas de otros sistemas sociales distintos a los actuales, así como los antiguos sistemas de organización social cedieron su lugar al sistema dualista del último sigo, el sistema capitalismo-socialismo que impera en el mundo actual.
Antes que cualquier cosa vale aclarar que Cortázar rehusaba tener que ver con la política, pues le sentía sabor a politiquería antes que a otra cosa. Él sabe que no nació para escribir novelas políticas porque no es político.
Desde su individualidad y sin asociación a movimientos se puede señalar que Cortázar colaboró con los prisioneros políticos a finales de la dictadura de Lanusse en la Argentina al donar los derechos de autor de su libro El libro de Manuel, a los abogados de estos para que los defendieran
Y por qué sostiene Cortazar que los escritores de este movimiento no eran resultado del mercadeo
Cortázar sostiene que los escritores de –AMV– no fueron el resultado del mercadeo y es cierto, ellos no eran J. K. Rowling y más de media docena de películas destinadas a promocionar su Harry Potter, no la saga Eclipse, de historias trilladas basadas sobre el esquema de una telenovela tradicional con tientes de ocultismo para ganar adeptos y vender más. Tampoco fueron del montón de libros que se venden actualmente sobre como ganar dinero o ser mejor persona, ¿Quien se ha robado mi queso?, Sopa de pollo para el alma, El monje que vendió su Ferrari etc. cuyas ventas dependen directamente de la promoción publicitaria.
Era una época de combate, de lucha armada y pugna ideológica, de guerra fría, de represión y de clamores de libertad, de mentiras y verdades socioeconómicas, de luces y sombras politizadas. De creer ser libre y serlo realmente. Estos autores traían consigo a la escena mundial el testimonio de todo aquello que habían presenciado y de todo aquello que habían vivido. Eran testigos de un mundo tan prometedor y tan diferente, de un mundo realmente nuevo y lleno de vida donde todo es posible, donde los dictadores reencarnan y en el que los muertos votan por ambos candidatos para acabar apoyando al tercero que asume el poder por la fuerza.
Su literatura es así, es fantástica, es asombrosa, es cambiante, como el ánimo mismo del continente donde nacieron y su lenguaje es florido y rico, como la vegetación tropical.
Si bien se aduce que le boom creo una identidad latinoamericana. Lo tal no es cierto, ningún boom literario a jamás creado una identidad cultural o una cultura, es más bien el boom el producto de una cultura definida y la voz de la identidad cultural de un pueblo. No hay pueblo más extenso ni más parecido que el latinoamericano, pueblo mestizo producto del mestizaje de pueblos ya mestizos.
El boom si ayudó a crear una conciencia de la identidad existente pero poco apreciada.
Cortazar sostiene que no fue producto de comercialización la publicación de los escritores, pues primero se escribieron las obras, se vendieron unos pocos libros, que se leyeron mucho, y ante esa demanda respondieron los editores, quienes siempre deseosos de ganar dinero encontraron su minita de oro. Pero si esos libros no hubieran sido escritos antes y leídos por muchos, los editores no se hubieran interesado jamás en publicar a los autores de dichos libros.
En sus palabras. «Ninguna promoción editorial ha salvado a un autor o un tipo de literatura.
Con una gran campaña de publicidad puedes lanzar un libro, una primera edición...pero si el libro no vale por sí mismo, ¿cuánto tiempo dura?.»
En este video en particular el hace referencia a que el boom (término que no le gusta, por lo mismo de ser gringada) es algo que ocurre, que sucede, que no se repite de manera programada.
Como no ser repitió en ningún lugar del mundo el genio arquitectónico que se dio en el renacimiento. Como no se repitieron los poetas clásicos españoles cuyo genio los llevó a escribir miles de obras en geniales en verso con métrica exacta. Le atribuye esto al azar más que a cualquier otra cosa. Y como dice Cortázar, el boom se dio porque todos los latinoamericanos que formaban parte de él, estaban lejos, porque raramente se da un boom en el interior de un país. Tal parece que estando lejos se les da importancia a los escritores, la misma importancia que se le da a los extranjeros. Y es entonces cuando empiezan a ser leídos por sus compatriotas y a ser profetas en su propia tierra.
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